Es el resultado de las diversas intervenciones de que ha sido objeto a lo largo de su historia. Fundada sobre la roca tallada ha sido varias veces ampliada, modificando su estructura y sus características, pero conservando siempre los muros de carga originales.
Construida con piedra pizarrosa aparejada al sillarejo tiene tres plantas. Sus ventanas y miradores realizados en madera se asoman a las cuatro orientaciones, convirtiéndose en fantásticos observatorios.
Habitar la casa es disfrutar del silencio y de la historia. Desde sus ventanas podemos admirar los maravillosos edificios colindantes, el río Castro desembocando en el Tera, las montañas de la Sierra de la Culebra, el pico de Santo Toribio, las montañas del Chaneiros, la Cabrera alta, las sierras de San Martín de Castañeda y la de Murias, Cervantes, las Montañas del Padornelo.